ATENCIÓN PRIMARIA, ACCIÓN COMUNITARIA Y DESEMPODERAMIENTO

El trabajo profesional en atención primaria (de salud y de servicios sociales) enfrenta un gran reto si quiere potenciarse y desarrollar el rol que puede llegar a jugar, y si quiere demostrar su importancia y significación en la sociedad contemporánea: la acción de grupo será la clave en el futuro y de su potenciación dependerá que en el futuro nuestros actuales sistemas sanitario y de servicios sociales tengan una orientación comunitaria para cuidar la salud de las personas. Salud concebida como “aquella manera de vivir solidaria, autónoma y gozosa”: la definición que tan acertada y sencillamente formuló el equipo de Jordi Gol, hace cuarenta años.

Sólo si somos capaces como profesionales de lograr que la gente se ayude a sí misma -y esto sólo puede hacerse a través del grupo y el apoyo social que éste genera-, actuando como catalizadores del proceso, estimulando y asesorando, nunca sustituyendo la acción de las propias personas, haremos que el trabajo comunitario en el ámbito sanitario y de servicios sociales tenga sentido. No podemos conformamos con ser meros proveedores o intermediarios de servicios y prestaciones (sean sanitarias o sociales), la atención primaria no va de eso.wedoit

No puede haber empoderamiento sin desempoderamiento

Con esta afirmación aparentemente paradójica, me refiero a la necesaria (e indefectible) transferencia de poder que todo proceso de verdadero empoderamiento conlleva. Empoderarse implica dotarse de poder, apoderarse, fortalecerse frente a otro u otros. Significa sentirse y ser capaz de actuar como sujeto protagonista de la propia vida, individual y colectivamente. Y eso, en un contexto o situación donde unos tienen el poder y otros no lo tienen, que éstos últimos se empoderen en un proceso participativo y comunitario, sólo puede significar y conllevar que quienes hasta entonces habían detentado el poder de decidir sobre los demás, pierdan parte de dicho poder. Sin transferencia o traspaso de poder no hay verdadero empoderamiento, puede haber paternalismo, pero no empoderamiento. Por ejemplo, si yo como profesora tengo un poder sobre mis estudiantes, para que ellos se empoderen, yo, necesariamente, he de renunciar o ceder parte de ese poder. Ellos no pueden empoderarse frente a mí mientras yo conserve intacto mi poder sobre ellos. Pues en el ámbito político, social o sanitario ha de ocurrir otro tanto: es necesario que quién (o quiénes) detentan el poder disminuyan el mismo a favor de quienes no tienen tanto poder, para que éstos se empoderen. Lo demás, como dirían en Argentina, son milongas.

Yo sigo constatando fácilmente una tendencia al conservadurismo del poder y del prestigio por parte del personal sanitario (y fundamentalmente de los médicos) y del personal de servicios sociales. Todo ello no expresa sino el modelo hegemónico, que margina o integra sólo parcialmente el componente participativo de la estrategia de Atención Primaria. Y, de hecho, una de las dificultades inconscientes más fuertes del personal sanitario, social frente a la participación, que aparece en todos los discursos en los estudios cualitativos que he realizado, es el temor frente a esa “pérdida de poder”. Porque promover la salud comunitaria mediante procesos de acción participativa, no es otra cosa que pensar en común, valorar en común, planear en común, decidir en común y actuar juntos los sanitarios y la gente (que tiene sus propios saberes), en un proceso no asimétrico ni jerarquizado: y esto supone que quien detenta el poder de diagnosticar, prescribir, disciplinar (en el sentido foucaultiano del término), controlar y vigilar, lo pierda (se desempodere) para que las personas puedan ser dueñas de sus propias vidas y decidir colectivamente (incluyendo al personal sanitario y social, pero como acompañantes con otros saberes, no como responsables únicos de la toma de decisiones).

El concepto de fortalecimiento o «empowerment” es un constructo de carácter práctico que puede servir de encuadre y referencia a la intervención y participación comunitaria. Este concepto tiene una importancia central como calidad fundamental de la relación interactiva entre el individuo y su entorno comunitario. Se trata del proceso o mecanismo a través del cual las personas, organizaciones o comunidades adquieren control o dominio sobre asuntos de interés que le son propios. Se refiere, por tanto, al proceso de adquisición de esa habilidad o la capacidad de dominio y control. Capacidad que se requiere a dos niveles: individual (capacidad de autodeterminación personal) y, social (capacidad de participación y determinación social a través de estructuras sociales intermedias). De acuerdo con este planteamiento, el desarrollo de este proceso implicaría, como mínimo, potenciar, apoyar y fomentar esas estructuras; tratando de avanzar hacia una posición de desarrollo de la acción a través de ellas. Esto, sin duda, choca frontalmente con las concepciones y el ejercicio del poder político, sanitario y sociosanitario en la actualidad.

Sin embargo, toda acción que trate de impulsar la participación comunitaria debe hacerse comprendiendo que, ante todo, no puede haber participación sin transferencia, traspaso o dotación de poder a las personas que se quiere hacer participar. En caso contrario, se trataría de un «encubrimiento» bajo discurso participativo, de políticas y prácticas de ejercicio autoritario del poder (ya sea en sus formas más abiertas o más manipuladoras).

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Acerca de mjaguilarid

Trabajadora social, animadora sociocultural y doctora en sociología y ciencias políticas; soy desde hace más de veinte años Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha. He trabajado como consultora, formadora e investigadora en más de veinte países americanos y europeos, en el ámbito de la intervención con grupos, el desarrollo comunitario en contextos multiculturales, y la planificación, gestión y evaluación de programas y servicios sociales. He sido responsable de la organización técnica de departamentos de servicios sociales en administraciones públicas de varios países en procesos de descentralización. Autora de más de un centenar de aportaciones científicas de impacto, he diseñado y dirijo el Máster on-line en Inmigración e Interculturalidad, y soy Directora del Grupo Interdisciplinar de Estudios sobre Migraciones, Interculturalidad y Ciudadanía de la UCLM (GIEMIC). En este grupo, lidero las líneas de investigación-acción sobre metodologías participativas de intervención social, análisis crítico de modelos implícitos en la práctica profesional, y desarrollo de competencias interculturales en el trabajo social. Creadora y responsable del Laboratorio de Sociología Visual, he realizado también varias películas documentales. Actualmente estoy desarrollando, desde una perspectiva empática de los actores sociales, nuevos enfoques interdisciplinares para el conocimiento de las migraciones y la intervención social emancipatoria en contextos de diversidad cultural, y estoy creando aplicaciones metodológicas y técnicas innovadoras. Una de mis mayores preocupaciones desde hace décadas es difundir el conocimiento científico sobre todas estas cuestiones de forma que sea accesible a todo tipo de personas, como forma de contribuir a la generación de discursos sociales basados en la evidencia y no en el prejuicio; y como forma de contribuir al desarrollo de procesos de empoderamiento y defensa activa de las minorías y colectivos sociales en situación de sub-alteridad. En este aspecto, mi trabajo científico siempre se realiza desde un enfoque derechos y en perspectiva de género. Desde hace varios años soy evaluadora externa en ciencias sociales de las dos agencias españolas responsables de la investigación científica competitiva y de la docencia y acreditación universitaria.
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3 respuestas a ATENCIÓN PRIMARIA, ACCIÓN COMUNITARIA Y DESEMPODERAMIENTO

  1. Maria José, no puedo estar más de acuerdo. Los protagonistas son las personas en atención y no los profesionales, quienes debemos hacernos absolutamente prescindibles. Desde mi punto de vista, en no pocas ocasiones, se observan sutiles y permanentes abusos de poder que provocan suplantaciones en la toma de decisiones, entre otros…
    Buen post.

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