CALIDEZ DEL TRABAJO SOCIAL

¿Qué significa calidez del trabajo social?

Si calidad remite a la excelencia (para el logro de los bienes intrínsecos) del trabajo social, la calidez remite a la sensibilidad; es decir, a los afectos, las emociones y los sentimientos.

El sueño de la ingeniería social, producto de la primera modernidad y la mentalidad ilustrada, exaltó el sistema experto abriendo paso a la autorreferencialidad, dejando muy poco espacio en las profesiones sociales al mundo de las posibilidades y favoreciendo la disociación entre la cognición y la sensibilidad. El trabajo social no fue ajeno a esto y, al dejarse tentar por diversas formas de la ingeniería social (sobre todo el mecanicismo y el positivismo técnico), desplazó la sensibilidad y el mundo de los afectos; a pesar de que la tradición epistemológica del trabajo social quiso desde sus orígenes evitar ese dualismo. Como consecuencia de ello, estableció con la realidad

“una relación funcional que lo convierte todo en ‘recursos’. Nada debe sentir el técnico que pueda distraerle de sus objetivos; nada debe sentir el profesional que no pueda expresarse en técnicas de intervención; nada debe sentir el trabajador social ante el sufrimiento humano” (García-Roca, 2000, p. 318).

La habilidad profesional se convirtió así en simple posesión de saberes técnicos, esfumándose su compromiso con la innovación, la creatividad y la praxis:

“Se dotaron de planos, equipamientos y guías de recursos, pero se debilitó el ‘sentir con las entrañas’; se dejaron tentar por la dictadura de los protocolos hasta llegar a confundir la acción social con la gestión de un departamento de la Administración. Ganaron en planes, pero perdieron en proyectos” (García-Roca, 2000, p. 318).

La calidez del trabajo social implica un hermanamiento de la razón con los sentimientos, del pensamiento con los afectos. Calidez es lo que tan sabiamente Ximo García-Roca denomina “la cognición afectiva”. El trabajo social se acerca al ser humano en los momentos de dificultad y, por tanto, de intensa y peculiar humanidad. La calidez de la acción profesional ha de distanciarse de los esquemas mecanicistas en todas sus formas (desde el positivismo clínico-terapéutico hasta el pragmatismo más vulgar).

Calidez del trabajo social significa salir del pensamiento determinista mostrando que hay salidas válidas y posibles. Significa dejar de asumir las necesidades básicas exclusivamente como carencias que generan demandas y empezar a asumirlas como potencialidades que dan lugar a la búsqueda y la participación. Significa valorar la cooperación, la ayuda mutua y la conducción participativa, por encima de la conducción jerárquica y la disciplina de las organizaciones. Significa reconocer que la importancia de los profesionales radica en la liberación de su potencial de conocimiento y creatividad.

solidaridad

“la excelencia no recae tanto sobre la profesión en sí misma cuanto sobre los profesionales, sus motivaciones y su identificación con la tarea, sobre el talante cooperativo y la confianza, sobre el apoyo mutuo y la facultad de tomar decisiones conjuntas” (p. 320).

Vivimos en una sociedad del riesgo (Beck, 2006) donde la existencia o no de relaciones (así como su tipo e intensidad), resulta determinante para situarse en la zona de integración, de vulnerabilidad o de exclusión social. Por ello, la buena práctica profesional es la que incluye dos elementos: la producción de relaciones, interacciones y vínculos sociales y el fomento de una participación que reconoce al cliente el estatuto de autor y coagente (De Leonardis, 1998, p. 123). El buen profesional no es el que produce o gestiona más prestaciones, aunque sea con costes menores, sino quien produce servicios integrados de prestaciones y significados.

Calidez del trabajo social supone, entonces, pasar de la lógica del producto a la lógica del servicio: el servicio es una relación, la prestación es un artefacto que cristaliza o sustituye una relación. Este estatuto relacional de la acción profesional impone algunas cualidades a la misma:

  • Debe ser capaz de producir significados personales (sentido de pertenencia, confianza, identidad y reconocimiento);
  • El usuario debe dejar de ser un simple cliente para ser un coproductor asumiendo el papel de actor codeterminante del proceso mismo (los servicios a las personas solo pueden ser producidos conjuntamente);
  • Frente al valor de la eficacia debe colocar el valor de la calidad y la individualización (construcción de vínculos sociales, de fórmulas de asociación) cuyo éxito se basa en el ejercicio de la solidaridad y la dignificación del actor humano (García-Roca, 2000, p. 352).

 

BECK, U. (2006). La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona: Paidós.

GARCÍA-ROCA, J. (2000). “Trabajo Social”, en A. Cortina y J. Conill (dir.) 10 palabras clave en Ética de las profesiones, EVD, Estella.

DE LEONARDIS, O. (1998). In un diverso welfare. Milano: Feltrinelli.

Acerca de mjaguilarid

Trabajadora social, animadora sociocultural y doctora en sociología y ciencias políticas; soy desde hace más de veinte años Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha. He trabajado como consultora, formadora e investigadora en más de veinte países americanos y europeos, en el ámbito de la intervención con grupos, el desarrollo comunitario en contextos multiculturales, y la planificación, gestión y evaluación de programas y servicios sociales. He sido responsable de la organización técnica de departamentos de servicios sociales en administraciones públicas de varios países en procesos de descentralización. Autora de más de un centenar de aportaciones científicas de impacto, he diseñado y dirijo el Máster on-line en Inmigración e Interculturalidad, y soy Directora del Grupo Interdisciplinar de Estudios sobre Migraciones, Interculturalidad y Ciudadanía de la UCLM (GIEMIC). En este grupo, lidero las líneas de investigación-acción sobre metodologías participativas de intervención social, análisis crítico de modelos implícitos en la práctica profesional, y desarrollo de competencias interculturales en el trabajo social. Creadora y responsable del Laboratorio de Sociología Visual, he realizado también varias películas documentales. Actualmente estoy desarrollando, desde una perspectiva empática de los actores sociales, nuevos enfoques interdisciplinares para el conocimiento de las migraciones y la intervención social emancipatoria en contextos de diversidad cultural, y estoy creando aplicaciones metodológicas y técnicas innovadoras. Una de mis mayores preocupaciones desde hace décadas es difundir el conocimiento científico sobre todas estas cuestiones de forma que sea accesible a todo tipo de personas, como forma de contribuir a la generación de discursos sociales basados en la evidencia y no en el prejuicio; y como forma de contribuir al desarrollo de procesos de empoderamiento y defensa activa de las minorías y colectivos sociales en situación de sub-alteridad. En este aspecto, mi trabajo científico siempre se realiza desde un enfoque derechos y en perspectiva de género. Desde hace varios años soy evaluadora externa en ciencias sociales de las dos agencias españolas responsables de la investigación científica competitiva y de la docencia y acreditación universitaria.
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